Álex M >_
Tengo 28 años, trabajo en asistencia técnica para una app de banca líder en España (sí, la ironía no se me escapa) y, aunque me defino como comunista, vivo en constante tensión con mis propias contradicciones. No me conformo con dogmas: prefiero darle vueltas a todo, llevármelo a mi terreno y cuestionar incluso lo que creo saber. Al fin y al cabo, ¿no es ese el mejor modo de entender el mundo?
Libros, filosofía y crítica cultural
Me gusta la filosofía y fantasía, dos caras de la misma moneda: una explora lo que somos, la otra lo que podríamos ser. En novela, mi autor favorito podría ser (ahora mismo) David Jiménez, sus historias son atrapantes a la par que entretenidas y mundandas, pero podría decantarme también por clásicos como Kafka o más tipo fantasía como Tolkien. Si hablamos de pensamiento, arrastro una fuerte influencia marxista (Gramsci y su análisis de la hegemonía cultural me fascinan). También me pierdo entre Sartre, Camus y voces más contemporáneas como Mark Fisher, ese poeta de la izquierda melancólica que diseccionó cómo el capitalismo nos roba hasta el futuro.
Tecnología y software libre
Me apasiona la tecnología, pero desde el lado rebelde: mi web está alojada en mi propio servidor, programo en Bash, Python y PHP (con lenguajes de marcado y estilo de cómplices), y ahora mismo te escribo desde mi ThinkPad T480s con Arch Linux (necesitaba algo estable, pero que lo pudiese personalizar al máximo). Para mí, la tecnología no es solo herramientas; es política. Por eso trato de vivir bajo los principios del software libre: libertad, comunidad y código abierto para no repetir los mismos errores.
En resumen
Soy un tipo que navega entre pantallas y páginas, entre Marx y líneas de código, entre lo que el mundo es y lo que podría ser. Y sobre todo, alguien que cree que otra forma de hacer las cosas —más justa, más libre— no solo es posible, sino necesaria.
(O, en versión corta: un comunista con un servidor en casa y un libro de Gramsci en la mochila).